Mañana, 13 de septiembre mi padre cumplirá sus primeros 90. El 14 serán mis 55. Llevo unas semanas recolectando fotos de su vida para hacerle un vídeo-homenaje, lo que me ha removido profundamente.
¡Qué corta es la vida! Parece ayer todo, absolutamente todo. Cada cumpleaños, cada domingo, cada nacimiento. Rebusqué entre fotos de mis abuelos, tíos abuelos, de los primos que se fueron pronto.
¡¡Tantas fotos que quedaron sin sacar!! Tantas risas sin reír, tantos abrazos sin ofrecer y tantos momentos pasados por arriba, sin la suficiente lucidez sobre lo efímero…
A veces aferrados al dolor, a tener la razón, al apego a lo perdido, a no aceptar los cambios, las canas y sobre todo al miedo. Miedo incluso por mejorar porque lo que duele también hace compañía. Alfombras sobre agujeros profundos para distraernos, porque parece que llorar en cuotas es más leve que llorar todo junto.
Abrir los ojos al regalo de la vida no sólo es necesario, debería ser obligatorio, pues es tan sólo un paso. Gracias papá por ser ejemplo para perseguir los sueños, para levantarse siempre, para buscar la ocasión del abrazo, la risa y el festejo.
¡Feliz cumpleaños papá! Y para mí también
Pues hoy, en su honra y en la mía me hago eco de un fragmento de uno sus poemas:
Gracias totales! Qué gran inspiración sos María Tizado! Gracias por abrir tu corazón, tu vida, tus afectos y hacernos el regalo de tu propio caminar….gracias! Me llenaste de entusiasmo -el mío está a media máquina-, de alegría, de certezas…. de ganas….y de abrirme a que también yo voy a poder!!! Gracias
Claro que sí! Estás pudiendo! Un abrazo enorme