Cuando entré en Sincronía lo hice sin expectativas pero con mucha ilusión. Si hubiera tenido expectativas las habría superado con creces.
Sincronía es un viaje contigo y para ti hacia la intimidad de tu cuerpo.
Escuchando tranquilamente lo que tiene que contarte vas descubriendo, de la amorosa mano de María, lo que puedes hacer para «respirar» en plenitud.
Respirar en el sentido más amplio, no sólo tomar aire sino aceptarlo y respirar la vida.
Sincronía tiene ese ritmo, cercano a los propios de la naturaleza, que nada tiene que ver con adoptar posturas imposibles o repetir una coreografía de saltos y patadas con un ruido atronador de fondo.
El ritmo es el propio de cada cual, el ruido el que cada persona lleva dentro.
Precisamente por eso te lleva a lugares en los que puedes volver a desperezarte como un gato, caminar con elegancia y sonreír con alegría, no solo enseñando los dientes… re-conociéndote en cada gesto.
Los movimientos son los tuyos y recuperarlos, cuando los creías perdidos, es toda una aventura que todos podemos tener el placer de Vivir.
Gracias María.