¿Leíste la nota sobre tu ropa interior? Viene al caso

Si quieres puedes leerla aquí.

La autoestima es la valoración de sí mismo.

Y la vamos construyendo cuando somos pequeños.
El entorno nos felicita, aprueba, premia, fortalece y la autoestima crece.
Pero ojo, a veces el entorno nos felicita, aplaude y se enorgullece sólo de lo que hacemos bien y no por quienes somos.
Es decir, si entras por el aro.
 
Por otro lado puede que no nos hayan puesto ningún límite, un poco como algunos abuelos, que aplauden hasta las tonterías, disculpan cualquier cosa y el niño es el rey de la casa, pero cuando sale al mundo…
patapum.
 
Esto de la autoestima está de moda y escuchamos muchas veces que todos, absolutamente todos tus sueños, pueden hacerse realidad.
Y ahí tienes a niños grandes que desafinan hasta cuando tocan un timbre, intentando ser cantantes famosos. No es lo mismo sueño que fantasía, pero eso es para otra nota.
Tener una buena autoestima no es lo mismo que un ego narcisista como un edificio. 

La autoestima es sincera. No se pasa ni se queda corta.

Y hay más opciones, entre ellas la sobreprotección. 
Mamá y papá lo hacen todo, con todo el amor del mundo.
Peeero… el mensaje acaba siendo recibido como un «yo lo hago mejor» o «tú no puedes» o «tú ni lo intentes».
 
No hay fórmulas mágicas porque no hay metro patrón. Ni siquiera en la medida de dar amor.
 
Seguramente recuerdas que en el colegio algunos compañeros se sentían víctimas de los maestros, en cambio otros se sentían estimulados con la misma frase. 
Unos se hundían y otros trataban de demostrar lo contrario. 
El mismo maestro o profesor tenía detractores y fans. 
¿La diferencia solamente está en «el otro»? Noooo.
 
Nuestra familia es mucho más amplia. Mis papás tuvieron cada cual una familia de origen, también mis abuelos, bisabuelos… detrás nuestro habita el árbol familiar entero.

Muchas generaciones influyen sobre nosotros, historias sórdidas, secretos, excluidos u olvidados(los que no entraban por el aro). 

Y además está el patrón biológico. 

A los sistemas biológicos les importa la supervivencia, le da igual si eres feliz.
Así que, si tu pariente feliz y con buena autoestima fue excluido o murió joven…
y el infeliz y malhumorado duró hasta los 90…
¿Adivinas que patrón se repetirá?
 
¿Cuántas veces has escuchado «hierba mala nunca muere»,
¿»mujer enferma, mujer eterna»?
¿Bienaventurados los que sufren?
¿La vida es una lucha?
¿Nada se logra sin esfuerzo?
¿bueno, no hay queja?
Apaaaaaaaaaaa.
 
Ahí lo tienes. Creencias limitantes y limitadoras heredadas, no sólo de nuestro árbol particular, sino del inconsciente colectivo. 

¿Me dices que no hay salida, María?

La hay.
Mi biología tratará de mantenerme a salvo haciendo lo mismo que dio resultado a mi sistema, pero existe la autoconsciencia.
Ahora soy adulto, y ser adulto significa ser autónomo.
 
Cuando soy adulto me transformo en mi propio padre y mi propia madre, soy yo quien tiene que aprobarse… y no la maestra.
Soy yo quien tengo que otorgarme lo que necesito.
 

Y me dirás que cómo hacerlo si no me lo han dado de pequeño!!
¡No me dieron la oportunidad de aprender!

¿La respuesta?

Aprende tú. Puedes. Siempre podemos aprender.

Dejando de reclamar. A tus padres y a la vida.
Acabando con la espera de que cambien, de conseguir que me estimen a cualquier precio, incluso soportando aquello que me hace daño.

Así, no cambia nada.

Lo tienes más que comprobado.

No cambiará tu historia de ayer, pero sí puedes cambiar la de hoy.
 

Sin orgullo, sin admiración y sin autocuidado no hay amor. 
Sin amor no hay autoestima.
Sin autoestima no hay alegría.

¿Entonces?
 

Empieza a tratarte bien.
Observa qué palabras te dices cuando te equivocas, de qué forma hablas de ti a los demás y a ti misma…
¡y cámbialas!

 
Ponte ropa interior bonita, trátate con respeto y empezarás a gustarte.
Entrarás en una espiral constructiva.
 
Y como si fuera poco, los demás empezarán a ver a un adulto que se nutre a sí mismo con lo que le hace falta y te tratarán con el máximo respeto.
 
 Si lo que hiciste hasta hoy no te dio resultado,

la única opción es hacer algo distinto.

 María Tizado.

¡Me encanta que dejes tu comentario!

 y
  Si tu vida está llena de patrones limitantes de los que no logras salir, el 18 de junio habrá un taller presencial de Constelaciones «Sanar la relación conmigo». No te lo pierdas. 
autoestima

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mariatizado

Caminando a tu lado desde 1987

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Maritza Castillo

    Me gustaría sanar la relación conmigo, soltar, sanar física y mental.

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