¿Qué tendrá que ver el dolor con las manzanas?
Siempre digo que cada persona debería cuidar al menos una planta.
Pocas cosas enseñan tanto de la vida.
Este año murió nuestro querido manzano. Pocas veces se ve un manzano tan antiguo. Manzanas deliciosas, firmes, marmoladas. Con esa mezcla de acidez y dulzor justo.
Hacía más de 20 años nos dijeron que no tenía salvación. Lo cuidamos mucho y él aguantó.
De tantas manzanas que daba un año partió una rama enorme por eso estaba apuntalado.
Con un simple tirón quebró al medio. No teníamos ni idea que su interior estaba corroído, hueco, parecía cartón húmedo, la apariencia no era tan mala incluso habiendo secado.
Arrancarlo de raíz fue fácil a pesar de ser un árbol grande. Las raíces estaban completamente perforadas por bichos que comen madera en descomposición.
¿Cuántas veces somos manzano?
Damos flores, fruto, sombra, cobijo incluso a bichos que taladran y se instalan a sus anchas dejándonos todos sus deshechos.
Masticando sin tregua, poco a poco. Como el dolor.
Y con ese hilo de energía seguimos ofreciendo lo mejor que tenemos para dar, a veces buena cosecha, otras no tanto, sin mostrar que nos vamos secando por dentro, que no damos más.
Sanar las raíces, el fundamento, es primordial para seguir en pie.
A veces de dar tanto fruto para conformar a todos acabamos en el suelo.
Quizás es el momento de darte un espacio para ti, para sanar, para recuperar fuerzas aún siendo primavera, antes de seguir regalando frutos para que otros sean felices mientras tú… te sigues partiendo a cachos.
María Tizado

Me gustaría aprender más sobre constelaciones
Da un paseo por la página que hay mucho material. Y te invito al grupo de Facebook, Entendiendo mi otra yo, serie. Allí explico capítulo a capítulo las constelaciones que se hacen el la serie y un análisis más profundo de los personajes. Muchas gracias por tu comentario!